I
cuando despierto y aún es de noche
y no debo de levantarme
primero el meñique de mi pie y así
cada uno de los dedos hasta ser mi pie
y luego mi talón y después mi pierna
mi pierna y su pantorrilla primero y
a continuación la rodilla y segundo
el muslo y finalmente los glúteos
apoyados en el colchón y luego cuando
aún puede la noche y no tengo que levantarme
mi miembro y los vellos que lo abrigan y
más arriba la curva de mi vientre y el hoyo
de mi ombligo y aún más arriba mi pecho hasta
el chillido del corazón y después
y después cuando aún es de noche
mi cuello y la manzana de Adán y
la mandíbula que se desvía hacia el mentón
y luego los bordes de mis labios y la nariz y orejas
y más arriba la mirada
sus ojos y finalmente la frente hasta el cabello
hasta que la luz y ya no la noche
y tengo que levantarme y dejarme solo en cama
II
domingo:
odio mis ojos que no crecieron con
el resto de mi cuerpo
odio el silencio y color de mis labios
la desproporción de mis caderas y glúteos
y odio la humillación del tamaño de mi pene
sin embargo amo mis manos
e insulto al padre y a mis apellidos
mi padre que ya no vive con nosotros y
los desayunos y cenas que me alejan más de mi familia y
de mi madre y de mi hermana
y no sé por qué dejo de amar por no creerlo suficiente o
necesario y no sé por qué amo
mis dedos y odio a mi padre y
mis caderas y glúteos
y olvido cómo abrazar a mi madre
y sin embargo
hay que vestirse y abrir el caño
verse desnudo antes de duchar y pensar
y pensar que la memoria y las cosas
hay que guardarlas en un rincón
hasta que el polvo nos haga recordar que están ahí
III
Ya que se acaba la hora del juego
ya que se han terminado los tiempos
de mirar por todas partes todo en silencio
las esquinas y roperos que parten
hacia el centro del cuarto de mirada en mirada
ya que se aleja la voz de mi garganta
y se vuelve
arena tierra polvo
en las mesas / ventanas / parteluces
puertas y macetas
ya que cuando la vista me abandone
y las palabras se pierdan entre la costra del parqué
(ya que son las últimas horas del juego
y ya que este hogar ha dejado de ser mío
tenderán las camas
abrirán las cortinas
regarán los geranios y cortarán el césped)
ya que entonces me habré ido
Autor (19XX): nació en el hospital, sigue vivo y sufre de hemorroides.
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